Como dice el escritor uruguayo Eduardo Galeano "en los días en que me viene el desánimo" recuerdo que me caí pero sobre todo que me levanté.
Lo había perdido todo
El dolor ya no me cabía en el cuerpo
Y renací
De mis propias cenizas
Renací
De mis antiguas tormentas
Renací
De mis seres queridos
Renací
De todo lo que he amado y amo
Renací
Del desamparo que apuñala
Renací
De la desesperación infatigable
Renací
De cada mañana quebrada
Renací
De las noches sin luna
Renací
De una canción de cuna olvidada
Renací
De la mano de la parca
Renací
Del misterio de la esperanza
RENACÍ.
lunes, 12 de octubre de 2009
martes, 6 de octubre de 2009
Cartonerito
Vaya este texto que escribí hace tiempo como homenaje a Mercedes Sosa pero sobre todo para todos los chicos que viven y trabajan en la calle:
Hace apenas unos meses iba a la escuela. Ahora trabaja con su familia recogiendo cartones por la noche. Hace apenas unos meses soñaba con ser ingeniero. Creció de repente. Tiene apenas ocho años y ya tiene penas de trabajo. Tiene mirada de adulto pero patea chapitas de gaseosa de otros chicos, como cuando jugaba al fútbol en la escuela. Lee un suplemento deportivo soñando con un grito de gol y con un futuro mejor hasta que el grito de su mamá lo hace aterrizar forzosamente en una sucia vereda de Buenos Aires y a seguir trabajando.
Hace apenas unos meses iba a la escuela. Ahora trabaja con su familia recogiendo cartones por la noche. Hace apenas unos meses soñaba con ser ingeniero. Creció de repente. Tiene apenas ocho años y ya tiene penas de trabajo. Tiene mirada de adulto pero patea chapitas de gaseosa de otros chicos, como cuando jugaba al fútbol en la escuela. Lee un suplemento deportivo soñando con un grito de gol y con un futuro mejor hasta que el grito de su mamá lo hace aterrizar forzosamente en una sucia vereda de Buenos Aires y a seguir trabajando.
martes, 29 de septiembre de 2009
Un diamante
Hace tiempo escribí este texto dedicado a mi hijo que ahora es un adolescente con la misma generosidad de aquel regalo. Para él, mi homenaje:
Hoy mi hijo me trajo un regalo hermosísimo. Salió caminando con dificultad de la escuela y yo le pregunté preocupada qué le pasaba. Me contó que llevaba escondido en su media derecha un regalo para mí y que era algo muy valioso. Al llegar a casa, me mostró su tesoro escondido: “un diamantito”. En realidad, era una pequeñísima piedra celeste de fantasía que valía mucho más que un diamante porque había tanta belleza en su gesto, en el brillo de su piedrita que hasta el sol se puso celoso de nuestra tarde.
Hoy mi hijo me trajo un regalo hermosísimo. Salió caminando con dificultad de la escuela y yo le pregunté preocupada qué le pasaba. Me contó que llevaba escondido en su media derecha un regalo para mí y que era algo muy valioso. Al llegar a casa, me mostró su tesoro escondido: “un diamantito”. En realidad, era una pequeñísima piedra celeste de fantasía que valía mucho más que un diamante porque había tanta belleza en su gesto, en el brillo de su piedrita que hasta el sol se puso celoso de nuestra tarde.
martes, 22 de septiembre de 2009
La vie est belle (La vida es bella)
Este texto que escribí en francés habla de la vida y de su belleza y dice más o menos así:
Cuando una tiene un hijo adorable, amigos, un padre joven a pesar de la edad, un hombre al que amó mucho.
Cuando vivió desayunos bajo el sol, noches en las que todo es lujo, calma y voluptuosidad y sabe que tendrá aún más, no importa cuándo, no importa dónde pero lo sabe.
Lo sabe y eso basta para continuar.
LA VIE EST BELLE
Quand on a un fils absolument adorable, des amis, un père jeune malgré son âge, un homme qu’on a beaucoup aimé.
Quand on a vécu des petits déjeuners ensoleillés, des nuits où tout est luxe, calme et volupté et on sait qu’on en aura encore n’importe quand, n’importe où, mais on le sait.
On le sait et ça suffit pour continuer.
Cuando una tiene un hijo adorable, amigos, un padre joven a pesar de la edad, un hombre al que amó mucho.
Cuando vivió desayunos bajo el sol, noches en las que todo es lujo, calma y voluptuosidad y sabe que tendrá aún más, no importa cuándo, no importa dónde pero lo sabe.
Lo sabe y eso basta para continuar.
LA VIE EST BELLE
Quand on a un fils absolument adorable, des amis, un père jeune malgré son âge, un homme qu’on a beaucoup aimé.
Quand on a vécu des petits déjeuners ensoleillés, des nuits où tout est luxe, calme et volupté et on sait qu’on en aura encore n’importe quand, n’importe où, mais on le sait.
On le sait et ça suffit pour continuer.
martes, 15 de septiembre de 2009
El regalo de hoy
Para que cada vez que lean este poema sea "hoy":
El regalo de hoy
Es este silencio
En paz conmigo misma.
Mis sentidos
En espera paciente.
Mañana,
Mañana será mejor.
El regalo de hoy
Es este silencio
En paz conmigo misma.
Mis sentidos
En espera paciente.
Mañana,
Mañana será mejor.
sábado, 12 de septiembre de 2009
La caja de los sueños
Esa tarde en que Paula abrió la caja de los sueños, tuvo muchas sorpresas. Poco a poco, salieron el olor a pan caliente, a chocolate, sus primeros perfumes. También aparecieron la boina negra de su abuelo Antonio y alguna tarde a la salida de la escuela tomada de su gran mano cruzando la avenida Almirante Brown en el barrio de la Boca, paseos con su papá y su hermana por el puente que cruza el Riachuelo, algún viaje en colectivo con su mamá y Paulita leyéndole todos los carteles que veía o disfrazándose y desfilando para ella. La cajita tenía aún más, tenía a los juegos a la tarde con su hermana haciéndose las señoritas que recibían a las visitas y comían “exquisitos inventos”: galletitas de chocolate aplastadas y mezcladas con agua. En ese tesoro estaban los lujos de los domingos por la tarde, su sandwich preferido de salame de milán picado fino o el manjar de algunos días: un alfajor de chocolate Havanna.
También apareció el olor a tierra recién mojada de las plantas de la casa de su tía Rosa y los distintos matices de color rosado de los malvones en flor. Los panaderos que ella juntaba, volaron de la cajita junto con aquel primer poema que escribió y ya no recuerda.
La alegría y el brindis con sidra de su abuelo por la comunión de “la Paula” y el triunfo de Boca tampoco faltaron ni la figura imponente y tierna de su abuelo presidiendo la mesa de las primeras Navidades.
Por último escuchó el silbido de su papá a todo pulmón del Feliz Cumpleaños, rito de cada 9 de febrero, día del cumpleaños de Paula, que se repite cada año y desea se repita hasta la eternidad.
También apareció el olor a tierra recién mojada de las plantas de la casa de su tía Rosa y los distintos matices de color rosado de los malvones en flor. Los panaderos que ella juntaba, volaron de la cajita junto con aquel primer poema que escribió y ya no recuerda.
La alegría y el brindis con sidra de su abuelo por la comunión de “la Paula” y el triunfo de Boca tampoco faltaron ni la figura imponente y tierna de su abuelo presidiendo la mesa de las primeras Navidades.
Por último escuchó el silbido de su papá a todo pulmón del Feliz Cumpleaños, rito de cada 9 de febrero, día del cumpleaños de Paula, que se repite cada año y desea se repita hasta la eternidad.
jueves, 3 de septiembre de 2009
A brillar mi amor
Aunque pasó el tiempo me encanta esta película de Sofía Coppola. Es simple, conmovedora, divertida e inteligente. Se me ocurrió hacer una encuesta entre conocidos,amigos y alumnos acerca del final y las respuestas fueron muy diversas. Ahí va la mía:
Guardo en mi memoria muchos finales de películas. Algunos me fueron revelados por mi madre durante la infancia. Con el paso del tiempo, algunos cayeron en el olvido. Otros sin embargo, como el de “Perdidos en Tokio” (“Lost in translation”), el film de Sofía Coppola, me dejaron imaginando: ¿Qué le susurró al oído Bob Harris (Bill Murray) a Charlotte (la joven Scarlett Johansson) en una calle de Tokio, en medio de la multitud?
Tal vez que se encontrarían nuevamente allí o en otra ciudad (e-mail de por medio) o quizás le dijo que estaba perdidamente enamorado de ella pero..
O mejor aún que ella era una mujer muy especial y que seguramente iba a encontrar su camino porque ya lo había empezado a recorrer.
Podríamos seguir imaginando posibilidades, a gusto del espectador. Pero si hay algo seguro en este mundo es que la luminosidad de la sonrisa y el brillo en los ojos de una mujer después de un encuentro con un verdadero hombre revelan que esa mujer ya no es la misma, que algo en ella cambió para siempre.
Guardo en mi memoria muchos finales de películas. Algunos me fueron revelados por mi madre durante la infancia. Con el paso del tiempo, algunos cayeron en el olvido. Otros sin embargo, como el de “Perdidos en Tokio” (“Lost in translation”), el film de Sofía Coppola, me dejaron imaginando: ¿Qué le susurró al oído Bob Harris (Bill Murray) a Charlotte (la joven Scarlett Johansson) en una calle de Tokio, en medio de la multitud?
Tal vez que se encontrarían nuevamente allí o en otra ciudad (e-mail de por medio) o quizás le dijo que estaba perdidamente enamorado de ella pero..
O mejor aún que ella era una mujer muy especial y que seguramente iba a encontrar su camino porque ya lo había empezado a recorrer.
Podríamos seguir imaginando posibilidades, a gusto del espectador. Pero si hay algo seguro en este mundo es que la luminosidad de la sonrisa y el brillo en los ojos de una mujer después de un encuentro con un verdadero hombre revelan que esa mujer ya no es la misma, que algo en ella cambió para siempre.
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