“Una es más auténtica cuanto más se parece a lo que soñó de sí misma”. Monólogo de
Agrado de la película “Todo sobre mi madre” de Almodóvar
Para ser auténtica me levanto cada día. Camino largo y lento, con marchas y contramarchas.
Conocerme y aceptarme sin juzgarme es difícil. Pero vale la pena. Aunque a veces las penas por no ser aceptada me inundaron el alma. Ahora sé que los que me quieren, me quieren como soy.
También sé que no soy todavía como quisiera ser y que me llevará toda la vida intentar parecerme a lo que soñé de mí misma.
Pero sé que el intento vale y que no paso por esta vida en vano.
viernes, 4 de mayo de 2012
lunes, 9 de abril de 2012
Un gato de colores
“Ponte color que al morir los hombres son blancos” Luis Alberto Spinetta
Marcela tenía apenas cinco años, cuando un día en la escuela, las monjas le dieron a cada nena un papel con un gato dibujado que debían pintar. Ellas los colorearon de marrón o de negro pero Marcela lo hizo con muchos colores: rojo, verde, amarillo, azul, anaranjado, violeta. Estaba muy orgullosa de su trabajo y de su gatito que sonreía. Pero para su sorpresa, a las monjas les pareció “horrible, un mamarracho” y llamaron a sus compañeritas que se rieron de ella y de su obra. Le preguntaron si le parecía “normal” su gato y ella les respondió que sólo era un dibujo y no un gato verdadero.
Ahora Marcela va por la vida vestida de arco iris y les regala a los que quiere un color diferente cada día.
Marcela tenía apenas cinco años, cuando un día en la escuela, las monjas le dieron a cada nena un papel con un gato dibujado que debían pintar. Ellas los colorearon de marrón o de negro pero Marcela lo hizo con muchos colores: rojo, verde, amarillo, azul, anaranjado, violeta. Estaba muy orgullosa de su trabajo y de su gatito que sonreía. Pero para su sorpresa, a las monjas les pareció “horrible, un mamarracho” y llamaron a sus compañeritas que se rieron de ella y de su obra. Le preguntaron si le parecía “normal” su gato y ella les respondió que sólo era un dibujo y no un gato verdadero.
Ahora Marcela va por la vida vestida de arco iris y les regala a los que quiere un color diferente cada día.
lunes, 12 de marzo de 2012
A mis hermanos del alma
No tienen tu misma sangre, no son tus padres ni tus hermanos. Pero tienen un parentesco extrañamente poderoso que es el del alma. Puede que estén en la otra punta del mundo o al alcance del teléfono, de la mano o del abrazo. Y te acompañan en las noches en las que la soledad te duele porque te mandan un mensaje por e-mail o por una estrella. Porque sabés que en alguna parte están y sólo por eso, por saber que existen te sentís menos sola.
jueves, 23 de febrero de 2012
Yo sólo puedo quererte
“Yo sólo puedo quererte” le dijo un día su mamá a Paula. Pero Paula no lo entendió en ese momento sino años después.
Sí, su la madre la quería como podía porque en verdad todos queremos mucho a alguien a nuestra manera: amorosa, imperfecta, humana.
¡Qué bueno que me lo hayas dicho, mamá!
Ahora sé que damos lo que tenemos y que nadie lo tiene todo.
Sí, su la madre la quería como podía porque en verdad todos queremos mucho a alguien a nuestra manera: amorosa, imperfecta, humana.
¡Qué bueno que me lo hayas dicho, mamá!
Ahora sé que damos lo que tenemos y que nadie lo tiene todo.
jueves, 2 de febrero de 2012
¡Vamos que llueve!
Las noches que llovía, cuando mi abuelo Antonio recibía el diario Crónica de su canillita, el Negro gritaba a viva voz "diario, diario, Crónica, Razón,diario, diario" y recibía el doble de propina por estar trabajando bajo la lluvia.
Entonces, el Negro que era bien pícaro, si no llovía igualmente gritaba :"¡vamos que llueve!" y recibía su propina habitual aunque deseaba que lloviera para ganar un poco más.
Entonces, el Negro que era bien pícaro, si no llovía igualmente gritaba :"¡vamos que llueve!" y recibía su propina habitual aunque deseaba que lloviera para ganar un poco más.
domingo, 1 de enero de 2012
La secreta esperanza
martes, 20 de diciembre de 2011
Horizonte
Pablito tenía tan sólo tres años cuando vio por primera vez el mar. Se acercó con timidez a la orilla, mojó sus pequeños pies, sintió las olas que subían y una ola traviesa le salpicó las rodillas. Retrocedió instintivamente y buscó con la mirada la figura de su mamá que estaba a pocos metros. Ella le sonrió con confianza. Pablito se le acercó, ella lo levantó y cuando estaba entre sus brazos le preguntó: “Mami, ¿Qué hay más allá del mar?” Ella le respondió: ”agua, hijito”. Pero Pablito quiso saber más: “¿y más allá?” “Más agua” fue la respuesta. “¿Y allá, dónde está esa línea que toca el cielo?” Y tuvo la misma respuesta: “más agua”.
Entonces Pablito se bajó de los brazos de su mamá, salió corriendo hacia la carpa, entró,cerró la cortina y se quedó ahí por un largo, largo rato.
Entonces Pablito se bajó de los brazos de su mamá, salió corriendo hacia la carpa, entró,cerró la cortina y se quedó ahí por un largo, largo rato.
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