domingo, 14 de febrero de 2010

El lector del Barrio Chino

Domingo a la mañana en Buenos Aires, en pleno barrio de Belgrano, el Barrio Chino se engalana por la llegada del Año Nuevo. Orientales y argentinos se mezclan ofreciendo en sus tiendas callejeras comidas típicas. Una vendedora taiwanesa nos sonríe amablemente a mi hijo y a mí mientras vende sus dulces.
Mientras tanto un adolescente de indudable origen oriental lee concentrado ajeno al festejo del Año del Tigre.
Muy cerca de allí, pasamos por un restaurante japonés. Luego por otro peruano.
Un templo budista nos llama la atención y sobre todo la sonrisa cordial de un joven monje nos invita a entrar. Me descalzo, entro al templo y lo pienso a mi abuelo reencarnado en un chino como él soñaba.
Salgo y retomo el camino para buscar al lector adolescente. Él está en el mismo lugar leyendo. No me animo a preguntarle qué lee.
A un lector tan concentrado en medio de una multitud no se lo molesta.

sábado, 13 de febrero de 2010

Sin palabras


En medio del horror, el arte muestra lo indecible. Así los pintores de Haití siguen pintando.
Es la vida testaturada que desafía a la muerte.
Sí, es la vida que recoge el guante y sigue.
Sigue. Cuando ya no queda casi nada.




Fuente: http://www.lemonde.fr/
Foto: http://www.lemonde.fr/international/article/2010/02/13/haiti-les-peintres-de-l-espoir_1305043_3210.html

viernes, 12 de febrero de 2010

Cuando tocás el cielo con las manos
Querés cada día volver a tocarlo
Y después te das cuenta de que cada día
Podés alcanzarlo
Está en la mirada profunda de otro ser humano
En el abrazo de tu hijo
En las palabras de una amiga
En el silencio de una tarde
En el cielo inquebrantable de la casa
En una comida al calor de tu mesa
En la llegada de un ser amado
En el milagro de la vida
Y de hacerle cada día un guiño a la parca
Para que te deje seguir jugando
Está, claro que está
En la luna en celo,
En el color del otoño,
En el perfume de cada mañana,
En el pan calentito de cada día
En la esperanza
Sí, en la infinita esperanza.

martes, 2 de febrero de 2010

Golosa de la vida

Quisiera morir de vieja pero joven del alma. Que me queden pocas deudas conmigo misma. Que haya podido dar todo lo que tengo sin retacear a quienes lo merecen porque también me dan generosamente.
Que pueda morir de pie percibiendo mi respiración y los latidos de mi corazón que no se ahorró alegrías ni penas, que se abrió y se abrió todo lo que pudo.
Que el balance en esa hora final me de positivo: que recuerde toda la belleza de esta vida terrestre y que con los años, tenga sabiduría para poder dejar de lado los rencores y penas. Que las arrugas sean por sonrisas y no por fruncir el ceño.
Que me recuerden como alguien que por sobre todas las cosas trató de ser lo más honesta consigo misma y que VIVIO y no miró pasar la vida.

lunes, 25 de enero de 2010

Un arco iris para mamá

No soy yo la que mira ese cuadro
ni esos colores,
es tu mirada de artista.
Tus manos crean
y dibujan en el aire
cada mañana
un arco iris
un espacio de luz
un vestido soñado
una luna llena
un mar encendido
un milagro.

viernes, 15 de enero de 2010

Auténtica

“Una es más auténtica cuanto más se parece a lo que soñó de sí misma”. Monólogo de la película “Todo sobre mi madre” de Almodóvar


Para ser auténtica hay que conocerse a sí misma que es un largo y lento camino, con marchas y contramarchas, no es recto sino azaroso.
Me parece fundamental el socrático “conócete a ti mismo” porque creo que si nos conocemos podremos amarnos como somos y amar a otros que merezcan nuestro amor. El célebre “ama a tu prójimo como a ti mismo” es repetido desde nuestra infancia y sin embargo muy pocas veces es aplicado, no nos enseñan a valorarnos, a conocernos con nuestras miserias y grandezas humanas que distan mucho de los ideales, porque somos de carne y hueso, somos pequeños y grandes a la vez. Pero lo importante es que seamos personas auténticas y que no traicionemos nuestros deseos más profundos.

martes, 5 de enero de 2010

Caleidoscopio

“Hoy puede ser un gran día, plantéatelo así. Aprovecharlo o que pase de largo depende en parte de ti”. Joan Manuel Serrat

Ella sabía que cada mañana un nuevo color la esperaba. Cuando cerraba la puerta de su departamento, se pintaba los labios mirándose en el espejo del ascensor (gran ventaja vivir en un noveno piso) y apenas traspasaba la puerta de cristal del edificio ya un lila o un rojo la acompañaban a empezar el día.
Pero a veces había sorpresas durante el día, se le aparecía un negro o un amarillo que cambiaban la perspectiva. Algunos encuentros coloridos le dibujaban una sonrisa, otros le opacaban la mirada.
De repente se cruzaba con un vendedor de flores y Paula se regalaba un ramo de colores a sí misma o un amigo le daba una moneda deseándole suerte y todo cambiaba. Como el cielo que cambia a cada instante y el atardecer nos trae una promesa de lluvia, de luna llena o de cuarto menguante.
 
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