A mi abuela Rosa
Poné el mantel, hacelo con amoroso cuidado porque el ángel de la mesa sobrevuela y roza el borde de las copas.
Aunque no lo veas, guarda la armonía y la memoria de la familia.
Respetá cada lugar.
No lo maltrates, así nunca te va a faltar.
Cuando la comida termine, replegá los bordes del mantel para que duerma y vuelva una vez más.
viernes, 13 de mayo de 2011
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